El acento en la mirada
La mirada y la escritura.
El camino me espera paciente aunque lo niegue el viejo poeta. Comenzó con el primer paso que en el alba de los tiempos dio aquella joven mujer, apenas una niña, buscaba algunas bayas, unas setas y almendras, o aquel muchacho que sacó su curiosidad a pasear solo quería cambiarla por historias que contar a la luz del hogar, recuerdos cálidos de amigos lejanos. Transcurres por mí, viejo camino, guiando mis pasos al fin del mundo. (Xavier Vidal)
Quiero ser como el río un camino de agua siempre igual, nuevo siempre, que viaja por la tierra se queda un poco de él allá por donde pasa, no pide nunca nada. Quiero llevar conmigo el poso del paisaje, los rostros reflejados. (Xavier Vidal)
Una puerta se abre en la mañana. Me tiende un puente de recias vigas, el roble me conduce seguro, a través de mi profundo abismo, hacia la dulce luz matizada de la madre, que me abre sus brazos. Un puente, como un camino oscuro, como en un útero acogedor por donde llego regenerado, surjo al otro lado trasformado bajo la nueva luz, respiro el fresco aire de la libertad. (Xavier Vidal)
Piedra antigua como las viejas manos que bloque a bloque fueron apilando el sueño de forjar un nuevo mundo una torre que desafiase a Dios. Manos viejas como la necedad creyeron ser ungidas con poder para someter a su ciego antojo a la naturaleza, al universo. Agrietadas las piedras olvidadas ahora son de nuevo en el camino pausado, constante que da la vida, y recuerdan que son naturaleza. Trepando por sus heridas abiertas, grietas como gritos de pesadillas... (Fragmento)
Mirada y escritura componen un conjunto donde se pueden expresar diferentes enfoques con una idea general, la perdida de identidad del ser en los espacios que construimos , bien sean estos externos o internos.